Page 85 - Memoria Cien
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Miembros del departamento de Bioquímica y Genética Molecular




                  mente. Sin embargo, los inconvenientes derivados de la obtención
                  del LCR, unidos a una limitada precisión de estos ensayos en fases
                  tempranas, ponen de relieve la necesidad de identificar nuevos
                  marcadores, especialmente en fluidos biológicos más accesibles
                  como la sangre. Actualmente, numerosos investigadores creen que
                  tanto el desarrollo de las patologías neurofibrilar y amiloidea en la
                  EA representan sucesos relativamente tardíos en la evolución de la
                  enfermedad, que pueden reflejar o no las disfunciones bioquími-
                  co-moleculares fundamentales que dan origen a la enfermedad. Las
                  manifestaciones clínicas de la EA están precedidas por una fase pre-
                  clínica asintomática, tras la cual aparecen los primeros síntomas en
                  la fase prodrómica de la enfermedad caracterizados por un deterioro
                  cognitivo leve (DCL). En este sentido, la EA se puede entender como
                  un proceso continuo que evoluciona desde las fases asintomáticas a
                  la fase de demencia. Esta evolución está en gran medida determina-
                  da por variantes genéticas de riesgo y está asociada a cambios bio-
                  químicos que idealmente pueden servir como marcadores tempra-
                  nos de la enfermedad.
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