Los cuerpos amiláceos son estructuras acelulares de pequeño tamaño (10 – 50 micras), relativamente frecuentes en el tejido cerebral de personas de edad avanzada. Se localizan característicamente en la superficie del cerebro, alrededor de los ventrículos cerebrales, y en torno a los vasos. Su origen y su función son en gran parte desconocidos, si bien se sabe que su número aumenta progresivamente con la edad en personas sanas, y que son aun más abundantes en diversas enfermedades neurodegenerativas. La posible relación de los cuerpos amiláceos con las patologías neurodegenerativas se ha debatido durante décadas.
Este estudio, publicado en el número de marzo de 2016 de la revista Frontiers in Neuroscience, continúa una línea de trabajo desarrollada en los últimos años por el Prof. Luis Carrasco, del Centro de Biología Molecular “Severo Ochoa”, perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas, en Madrid. En trabajos anetriores, el Prof. Carrasco y su equipo han encontrado importantes evidencias de la presencia de diversas especies de hongos en el sistema nervioso central de enfermos con enfermedad de Alzheimer, y también en enfermos de sclerosis lateral amiotrófica (ELA). En este ultimo trabajo publicado, se han utilizado anticuerpos que reconocen específicamente antígenos de diferentes especies de hongos, para analizar la posible presencia de estructuras fúngicas en los cuerpos amiláceos observados en tejido cerebral de pacientes con enfermedad de Alzheimer, enfermedad de Parkinson y ELA. En el caso de que los anticuerpos se unan a los correspondientes antígenos en los cuerpos amiláceos, éstos podrán ser visualizados perfectamente mediante tinciones de inmunohistoquímica. En todos los casos patológicos los cuerpos amiláceos se tiñeron con mayor frecuencia con estos anticuerpos que en los sujetos sanos (tejido procedente de personas sanas, sin enfermedad neurológica). Los pacientes con enfermedad de Alzheimer son los que mostraron un mayor número de cuerpos amiláceos reactivos a los anticuerpos antifúngicos. Estos hallazgos confirman la presencia de estructuras fúngicas en el cerebro de pacientes con diversas enfermedades neurodegenerativas, y sugieren una possible contribución patogénica de la colonización micótica, especialmente en la enfermedad de Alzheimer.
Todas las muestras de tejido cerebral utilizadas en este estudio proceden del Banco de Tejidos de la Fundación CIEN.
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